viernes, 15 de abril de 2011




He muerto muchas veces
creyendo y esperando, esperando
en una habitación
contemplando un cieloraso agujereado
esperando la llamada, una carta, un golpe, un sonido…

volviéndome salvaje adentro
mientras ella bailaba con extraños en clubes nocturnos…

fuera de los brazos de un amor
y ya en los brazos de otro
no es placentero morir en la cruz,
más placentero es escuchar tu nombre susurrado en
la oscuridad.